Actualmente, el jefe de logística se ha convertido en una figura esencial dentro de las cadenas de suministro. Su labor de orquestación en múltiples aspectos relacionados con todo el proceso logístico (desde el abastecimiento de materias primas para la producción hasta la distribución del producto al consumidor final) es clave y de ella depende en gran medida el éxito o fracaso de la compañía.
Hoy día, ser jefe de logística implica asumir importantes retos y requiere habilidades cada vez más específicas debido a la globalización de la economía, la revolución digital y la consolidación del e-commerce. Esta capacitación que demanda el sector es trascendental, de ahí que se requieran perfiles profesionales con estudios superiores y sobrada experiencia en este campo. Además, al jefe de logística se le presuponen habilidades organizativas, técnicas y específicas de la industria para el correcto desempeño de sus funciones, como la capacidad de análisis, las relaciones interpersonales o la capacidad de liderazgo, entre otros aspectos esenciales.
“El jefe de logística es uno de los perfiles profesionales más valorados en el ámbito empresarial.”
Actualmente, el jefe de logística ha tenido un repunte en la demanda dado el crecimiento continuo del sector, y se coloca como uno de los perfiles profesionales más valorados en el ámbito empresarial, de ahí que su horizonte de futuro sea amplio.
Atrás quedan aquellos puestos de cierta responsabilidad cuyas funciones se limitaban a facilitar la fluidez y eficacia de los procesos productivos. Hoy es tal su importancia dentro de la cadena de suministro, que los jefes de logística del siglo XXI colaboran directamente con los comités de dirección en decisiones que afectan a la estructura, sostenibilidad y rendimiento de la empresa, algo que les coloca en una posición relevante dentro del organigrama corporativo.
“El objetivo fundamental del jefe de logística es asegurar la continuidad del negocio y mantener el crecimiento sostenido.”
Esta figura directiva es imprescindible tanto en empresas industriales, empresas comerciales o aquellas empresas que suministran servicios logísticos de cualquier tipo. Es por ello que sus posibilidades de expansión son prácticamente ilimitadas, ya que en la mayoría de las compañías existe la necesidad de gestionar recursos, procesos, plazos de entrega y otros aspectos relacionados con la cadena productiva.
En definitiva, el objetivo primordial del jefe o responsable logístico es asegurar la supervivencia del negocio, logrando una buena participación en el mercado, manteniendo el crecimiento sostenido y obteniendo unos rendimientos más atractivos en mercados cada vez más competitivos.
Perfil profesional: habilidades necesarias
Como ocurre en todos los puestos de trabajo, el jefe de logística requiere de un perfil determinado para poder ejercer sus funciones de forma correcta. De forma habitual, es necesaria una buena formación académica (lo común es contar con la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas) más una experiencia de al menos 5 años en puestos similares.
En ocasiones, son los propios mozos de almacén los que ocupan este puesto directivo tras una campaña de promoción interna, siempre y cuando demuestren las habilidades necesarias (aptitudes) y ciertas actitudes necesarias como la honestidad, la integridad, la confiabilidad y el compromiso con el trabajo de forma proactiva y profesional.
Podemos dividir las habilidades necesarias para desarrollar el papel de jefe de logística en dos cateogorías principales: hard skills (o habilidades relacionadas con el conocimiento y la experiencia respecto a un área de trabajo en concreto) y soft skills (o habilidades y actitudes sociales necesarias apara asumir el cargo).
Entre las “habilidades duras” podemos listar las siguientes:
- Conocimiento del sector, no solo estudios reglados, sino también aquellos conocimientos adquiridos de forma constante sobre tendencias del mudo de la logística. Esto requiere un espíritu de especialización continua que permite al jefe de logística aportar soluciones innovadoras y mantener a la empresa a la vanguardia de manera permanente. Es imprescindible también dominar el uso de SGA para llevar un correcto control de inventario.
- Coordinación de procesos, o habilidades para sincronizar todos los procesos involucrados en la cadena de suministro, incluyendo instrucciones estratégicas y observaciones puntuales.
- Planificación estratégica, o cómo proyectar la empresa en el futuro mediante hitos específicos a corto, medio y largo plazo.
Entre las “habilidades blandas” podemos destacar las siguientes:
- Capacidad de liderazgo, es decir, capacidad para motivar e impulsar al equipo, saber escuchar sus peticiones y asignar responsabilidades concretas a cada cual de forma acertada.
- Asumir responsabilidades, es decir, asumir las consecuencias de posibles percances o decisiones incorrectas, resolver los problemas y aprender de los errores.
- Habilidades interpersonales, esto es, ser comunicativo y sociable, además de saber tratar con todo tipo de perfiles profesionales, desde los operarios de almacén hasta los altos directivos, con el fin de ganarse su confianza y establecer sinergias comunes para lograr los objetivos establecidos.
- Autosuficiencia y proactividad, o la capacidad de trabajar tanto de forma autónoma como en equipo.
Funciones y responsabilidades
Podemos decir que la función principal del jefe de logística es optimizar la cadena de suministro para ahorrar recursos y abaratar costes sin vulnerar la calidad el producto que llega al consumidor final en el plazo acordado.
Para ello es muy importante optimizar el almacenamiento y transporte de la mercancía derivada de los procesos de producción. Sin embargo, podemos listar una serie de funciones y responsabilidades esenciales que debe cumplir el jefe de logístico para el correcto desempeño de su actividad:
- Definir e implementar los planes de acción (como la política de transporte, por ejemplo), incluyendo el establecimiento de metas a corto, medio y largo plazo.
- Trabajar en estrecha colaboración con el departamento de compras a fin de que involucren en sus negociaciones con los proveedores las dificultades propias de la logística de la empresa.
- Supervisar diariamente los equipos de trabajo y los flujos internos, monitorizando todas las acciones que intervienen en la cadena productiva. Esto incluye garantizar que las actuaciones logísticas definidas sean las más adecuadas, por lo que debe aplicar labores correctivas si fuera necesario.
- Optimizar los procesos logísticos, especialmente los relacionados con el transporte con objeto de reducir tiempos de movilización y costes.
- Adoptar las tecnologías necesarias para controlar la logística integral, incluyendo la logística inversa.
- Organizar y supervisar la gestión de almacén, control de stock, procesos de descarga y distribución de los productos en función del plan de producción, obstáculos en la fábrica y previsiones de venta.
- Atender las necesidades de los clientes, estableciendo un trato directo con ellos y escuchando sus requerimientos.
- Gestionar el lanzamiento de productos nuevos, ya que esta acción requiere mayores esfuerzos de planificación logística que otras acciones más rutinarias.
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