Coronavirus y la logística del futuro

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Coronavirus y la logística del futuro

Los efectos del covid-19 en el sector de la logística a nivel mundial es ya una evidencia. La situación provocada por el coronavirus ha puesto en primera plana la responsabilidad social de los operadores logísticos en el plan de contingencia global para resolver el problema de abastecimiento de productos sanitarios como mascarillas, guantes, EPIs, etc. De esta presión en el sector nace la necesidad de un rediseño global de la logística de cara al futuro.


La pandemia ha cambiado el paradigma y ha centrado la responsabilidad del sector en la garantía de suministro

Uno de los sectores que ha cobrado especial relevancia en la gestión de la pandemia (y que además ha puesto su particular granito de arena para hacer más llevadero el confinamiento en los hogares) ha sido sin duda la logística y el transporte.

Hasta ahora, las cadenas de suministros o supply chain centraban su atención en plazos de entrega cada vez más cortos, control de itinerario, roturas de stock, etc. Sin embargo, la pandemia ha cambiado el paradigma y ha centrado la responsabilidad del sector en la garantía de suministro (especialmente de productos alimenticios, sanitarios, farmacéuticos y combustible).

Abastecimiento: un factor de primer orden

El nivel de stock de ciertos productos se ha convertido en un factor decisivo para frenar la pandemia y tranquilizar a la población. El problema de abastecimiento se ha dado fundamentalmente en productos sanitarios como consecuencia directa del número de contagios y el colapso en los hospitales. Si bien es cierto que no existía un modelo predictivo basado de datos históricos para resolver este problema, podemos extraer dos conclusiones a este respecto de cara a la logística del mañana:

  • Es de vital importancia mantener un stock de seguridad de productos sanitarios que inciden en la salud de las personas. Esto nos permitirá un cierto nivel de cobertura ante desviaciones extraordinarias de la demanda.
  • Concentrar la producción en zonas muy determinadas del planeta abarata los costes, pero resta flexibilidad a las cadenas de suministros para responder de forma eficiente ante retos de la demanda.
Coronavirus y la logística del futuro
Coronavirus y la logística del futuro

La seguridad del transporte ha sido otro factor indispensable en la situación provocada por el Covid-19

El transporte, decisivo para la continuidad de negocio

Los operarios del transporte siempre han sido un eslabón débil dentro de la cadena de suministros, que en tiempos difíciles siempre han visto empeoradas sus condiciones de trabajo. Se estima que más del 70% de estos profesionales supera los 50 años, y durante la pandemia se han dejado la piel para garantizar el suministro de productos sanitarios y de primera necesidad a los consumidores.

Dado el rol decisivo que ha tenido este colectivo en la gestión de la crisis sanitaria, es necesario revisar sus honorarios en función del servicio que prestan y ponerlos en valor dentro de la cadena de suministros, pues la seguridad del transporte para satisfacer las necesidades básicas de productos o servicios de primera necesidad, ha sido otro factor indispensable en la situación provocada por el Covid-19.

Hay que trabajar por una logística resiliente que incluya decisiones de cambio

La logística del mañana: hacia un modelo resiliente

Los efectos del coronavirus en las cadenas de suministro nos muestra que hay que trabajar por una logística resiliente que incluya decisiones de cambio en un sector históricamente muy tradicional. Su evolución de cara al futuro implica necesariamente cuatro grandes ejes de actuación:

  1. Sostenibilidad. Uno de los problemas más acuciantes de los operadores logísticos es el impacto que provocan en el medio ambiente, no solo como consecuencia directa del transporte de mercancías, sino también por ser un reflejo del consumo masivo de productos. La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia que tiene la ecología en nuestra vida diaria, de ahí que la logística del mañana deba centrarse en un modelo más sostenible; desde apostar por materiales de embalaje más ecológicos hasta migrar a medios de transportes menos contaminantes.
  2. Innovación. Una cadena de suministro flexible capaz de adaptarse a los cambios y retos que se plantean, (algunos tan impredecibles como esta crisis sanitaria), necesita incorporar la innovación como eje fundamental de su modelo. Factores como la automatización facilitan la capacidad de respuesta al cambio y permite aumentar la productividad en el mismo periodo de tiempo, llegado el caso.
  3. Tecnología. Tecnologías disruptivas como Blockchain o Inteligencia Artificial también tendrán una incidencia clara en las cadenas de suministro del mañana, por ello es imprescindible la digitalización del sector e incorporar a profesionales cada vez más preparados.
  4. Flexibilidad. Este es un factor decisivo que deben incorporar las cadenas de suministro en su ADN si quieren sobrevivir a un mundo cambiante donde el canal online está en continuo crecimiento. Situaciones como la que estamos viviendo ponen de manifiesto la suma importancia que la logística tiene para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro mundo, de ahí la necesidad de que las cadenas de suministro del mañana sean flexibles y tengan una enorme capacidad de adaptación a los retos que puedan plantearse.
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